Era nuestro cuarto día en Italia y además de que era mi cumpleaños, tocaba visitar Verona, la ciudad de Romeo y Julieta! Para ir a Verona compramos los billetes a través de la página de Tren Italia unas semanas antes de nuestro viaje.
Hay diferentes trenes en función del tiempo y la clase en que se viaje. Nosotros fuimos en trenes regionales, tanto a la ida como a la vuelta, y nos costaron en total 20 Euros cada uno.
Tardamos una hora y veinte en llegar y lo mismo para volver, así que al final tampoco es tanto para ser un tren regional. La estación está a unos 15 minutos caminando del centro de Verona. También se puede ir en autobús pero nosotros decidimos caminar.
Lo primero que nos encontramos al llegar a la entrada de Verona es Piazzale Porta Nuova.
Si seguimos caminando por Corso Porta Nuova llegamos a la entrada del centro de Verona, y allí nos encontramos con el Portoni della Bra y la Piazza Bra dónde podemos ver el hermoso Arena de Verona, (el segundo más grande, por detrás del Coliseo) el Palazzo Barbieri Comune di Verona y el Palazzo de la Gran Guardia.
Como llegamos al medio día y era justo la hora de comer decidimos quedarnos en uno de los restaurantes que hay frente al Arena para comer disfrutando de las vistas y del buen tiempo que hacía. Creo que la comida no nos costó más de 30 Euros los dos (sin vino).
Después de comer seguimos con nuestra ruta exprés por Verona. Continuamos adentrándonos por la ciudad hasta llegar a la famosa Casa de Julieta, uno de los lugares más conocidos de la ciudad.
Muy cerca de la casa de Julieta nos encontramos con la Piazza delle Erbe, un lugar muy animado con algunos bares y heladerías y tiendecitas con sourvenirs. Aquí también podemos ver la Torre dei Lamberti y el leone marciano.
Continuamos caminando hasta que llegamos al Arte Scaligere para después dirigirnos hacía el Ponte Pietra, el único puente romano que queda en la ciudad, además con unas vistas preciosas. Damos la vuelta para dirigirnos a nuestro último punto del recorrido Castelvecchio, junto con el arco dei Gavi, pero pasamos antes por la Catedral de Verona y la Porta de Borsari mientras vamos de camino.
Por cierto, antes de iniciar esta parte del camino paramos a comer unos creppes con helado en una heladeria en piazza delle Erbe que estaban buenísimos. Creo que el lugar se llamaba Gelato Arte Italiana Pretto.
Aquí abajo os dejo un mapa con el recorrido aproximado que hicimos para visitar la ciudad:
La verdad es que recorrimos Verona muy rápido, en unas tres horas ya nos habíamos caminado todo el centro y a las cinco estábamos listos para volver caminando hacia la estación de tren. Como todavía era pronto, paramos un rato a descansar el Piazza Bra junto a la fuente.
La ciudad tiene cierto encanto y sus calles adoquinadas le dan una belleza especial. Si estáis en una ciudad cercana os recomiendo que la visitéis en un día porque es ideal para una escapada.
Nosotros a las seis teníamos que volver y no llegaríamos a Venecia hasta las ocho de la noche, al día siguiente con mucha pena nos tocaba volver a casa y sería nuestro último día en la ciudad de los canales.
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