Desde Murchison Falls hasta Queen Elizabeth National Park existen muchas horas de trayecto en coche, así que dedicamos todo un día solo para trasladarnos, haciendo parada en Fort Portal para pasar la noche.
Se puede decir que estos dos días fueron bastante moviditos y que los imprevistos sí suceden en los viajes…
El nuestro empezó el día anterior cuando teníamos que quedar con el guía para el día siguiente. Nos insistió demasiado en salir a las siete menos cuarto de la mañana del hotel para cruzar el Nilo con el Ferri a las siete (Hay Ferris para cruzar cada dos horas y el siguiente era a las nueve).
Él nos decía que eran muchas horas de camino y que teníamos que salir temprano, (aunque a nosotros nos sonaba demasiado temprano) pero para no discutir y obviamente porque confiábamos en él ya que era el guía, le dijimos que vale y que quedábamos a la hora que nos dijera.
RUMBO A FORT PORTAL
A las siete de la mañana estábamos listos y esperando para para cruzar el río Nilo a Fort Portal.
CONSEJO: No dejéis las ventanas abiertas del coche mientras esperáis el Ferri para cruzar el río, sobretodo si no queréis que un babuino venga a daros un susto matutino como me pasó a mí. Me desperté de golpe cuando lo tenía gritándome asomado por la ventana del coche, en modo Hola!!!!
Seguimos ruta hacia Fort Portal, es un camino que por un lado es bonito, ves a la gente pasar, los niños yendo a la escuela, los pueblos, los colegios, plantaciones de té, etc pero por otro lado es un suplicio. Las carreteras son horribles, llenas de baches enormes, de polvo y otro tramo lleno de piedras. Se hace muy muy pesado.
Y si a eso le sumas que el conductor conduce como si no hubiera mañana y que tuviéramos que rogarle que parara para poder hacer pis…hizo que el viaje fuera pesadísimo.
Resumiendo, que ese día lo que teníamos que hacer era ir hasta Fort Portal, parar para comer en algún lugar en el camino, llegar a Fort Portal por la tarde, que el guía nos llevara a ver el mercado local y después ir al hotel a dormir.
Eso se convirtió en llegar a Fort Portal a las cuatro de la tarde sin comer (según el guía era mejor comprar algo para picar porque los lugares para comer no nos gustarían) y dejarnos en el hotel con suficiente tiempo por delante durante la tarde.
Cosa que nos sorprendió un poco porque al llegar al hotel nos ofreció hacer una excursión al día siguiente para ver el pueblo por la mañana y que valía 15 USD por persona. Le dijimos que no, que preferíamos ir a Queen Elizabeth que era lo que teníamos planeado y que pensábamos que ir al mercado era a la llegada a allí…
Todo nos extrañó un poco pero preferimos no darle vueltas. Comimos una pizza en el hotel porque moríamos de hambre (que viéndolo ahora nos podríamos haber ahorrado ya que en dos horas y media teníamos la cena), cenamos y nos fuimos a dormir porque el hotel no daba tampoco para mucho más.
QUEEN ELIZABETH: ¿Qué pasó después?
A las nueve habíamos quedado con el guía para ir a Queen Elizabeth National Park, la idea era llegar al nuevo alojamiento, comer tranquilamente y a las 14:00 hacer el safari en barco por el Canal de Kazinga.
Hacemos el check out del hotel y nos quedamos esperando al guía en la puerta (él dormiría en el pueblo) pero vemos que pasa el tiempo y no llega. Justo el día anterior nos dio su número de teléfono así que lo llamamos y lo tenía apagado, le enviamos mensajes y no contestaba. A las 10:00 más o menos llamamos a su manager y también a Kananga para informar de la situación.
Después de idas y venidas y cuando ya nos habían contratado otro coche que ya estaba por llegar para poder ir a Queen Elizabeth, aparece nuestro driver a las 11:30 de la mañana. Nos recoge las maletas y no nos dice nada, como si nada hubiera pasado.
Imaginaros además de nuestro estrés en esa situación. Todo fue muy raro, le preguntamos qué había pasado, solo nos dijo que había perdido su móvil y que estaba en la policía reclamando pero que finalmente lo encontró y que no tenía batería. Así como nos lo dijo se subió al coche y nos fuimos.
Le dijimos que estábamos molestos y que tendría que haber intentado ponerse en contacto con nosotros desde su alojamiento. Nos pidió perdón y nos dijo que no nos preocupáramos que llegábamos a tiempo tanto al safari como a comer. Que él pagaría un restaurante por el camino.
Cuando empezó a pasar el tiempo y vio que no llegaba a la actividad en Kazinga, (No pudimos parar tampoco en el lugar donde pasa el ecuador para hacer la mítica foto, nos dijo que luego volveríamos aunque estaba a más de una hora y en dirección contraria) nos dijo que mejor comprábamos unos snacks que no daba tiempo y que mejor íbamos directamente al Canal de Kazinga.
Ahí ya le dijimos que eso no podía ser, que nos tenía que decir lo que pasaba desde el principio, que teníamos la comida pagada en el hotel y que no íbamos a ir corriendo de un lugar a otro como pasó el día anterior. Así que decidimos cambiar de hora la actividad con Kananga, que en todo momento nos intentaron buscar una solución, aunque las compañías no daban disponibilidad hasta el día siguiente.
Igualmente decidimos dar la vuelta e ir al alojamiento a comer y desde allí ver si hacíamos la actividad al día siguiente en función de lo que nos dijera Kananga. Al final, no sabemos cómo, nuestro driver consiguió la actividad para las cuatro así que comimos en el Kyambura Lodge como estaba planeado y a las 3 y cuarto nos fuimos para la actividad.
Al final se pudo solucionar pero nos dio varios dolores de cabeza. Sabemos que imprevistos pueden pasar en todos los viajes, y que lo importante es que se solucione, pero molesta cuando es por actitud de una persona. Nosotros tenemos nuestras teorías y sensaciones de lo que pudo pasar, atamos cabos y vimos cosas, pero no quiero ir más allá aparte de explicar la anécdota.
Quiero aclarar también que lo que pasó no es habitual, y que está totalmente fuera del control de la agencia contratada en Uganda y de Kananga, que en todo momento estuvieron pendientes de nosotros para intentar buscar una solución.
CANAL DE KAZINGA
¡Llegamos! Aunque justitos de tiempo también… Pero lo importante es que pudimos llegar a ésta actividad. Que aconsejamos muchísimo, de hecho, nos hubiera dado mucha rabia perderla porque ha sido una de las mejores cosas del viaje.
Un punto positivo también es que al haberla cambiado a las cuatro de la tarde, nos permitió ver unas imágenes preciosas del sol.
El paseo por el canal dura unas dos horas y media y se ven búfalos, un montón de elefantes, cocodrilos, hipopótamos, aves, monos, etc.
Cuando íbamos de vuelta al Lodge aprovechamos para buscar a los elefantes que antes estaban bañándose en el canal. Y justo los encontramos al lado del camino, les hicimos fotos durante diez minutos, hasta que cruzaron y se fueron hacia el otro lado.
IMPORTANTE: Por cierto, hay una cosa que me gustaría comentar, y es que cuando estábamos fotografiando a los elefantes, y de hecho en el vídeo de más abajo incluso se puede presenciar el momento, vimos como uno de ellos agarraba del suelo una botella de plástico de color verde y se la comía.
Y es que vimos mucha basura alrededor del canal. Me gustaría simplemente aprovechar este momento para pediros que como turistas, seáis lo más responsables posible con la naturaleza y los animales y evitad dejar cosas en el suelo. Imaginaros la cantidad de botellas que habrá confundido ese elefante durante toda su vida….
Volvimos al Kyambura Lodge, que por cierto, es uno de los lugares donde mejor hemos estado alojados, sobre todo por las vistas y la cabaña, que era preciosa. Nos fuimos a dormir pronto, tuvimos un día muy largo y duro y solo teníamos ganas de descansar.
Aquí os dejo más fotos del Canal de Kazinga.
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Pues si!! Éste viaje ha sido movidito, muchas experiencias la verdad, y hubieron momentos en que tuvimos que calmarnos y asumir lo que pasaba y buscar una solución… No creas que yo no estaba histérica jeje. Algo positivo también le teníamos que encontrar al panorama. Un besito guapos!
Menos mal que al final lo conseguiste, porque yo ya estaría un poco histérica. Y si es verdad que igual fue mejor a las 4 de la tarde y ver tan bajo el sol. Lo de los elefantes, pobres, cuantas se habrán comido sin querer.